Vientos huracanados en Antártica

La Antártida es hogar de unos vientos inusuales llamados los vientos catabáticos. Se crean por una combinación del clima frío y la forma y localización geográfica del mismo continente.

El enfriamiento persistente de la superficie particularmente durante el invierno Antártico, cuando el sol está siempre debajo o solo por encima del horizonte, lleva a la formación de una capa superficial de aire frío y denso sobre la superficie. Antártida tiene básicamente forma de cúpula o circular, el viento tiende a fluir desde el interior, que es alto hacia la costa. La rotación del planeta impide que fluya directamente cuesta abajo y más bien es desviado hacia la izquierda a medida que fluye. Estos vientos permanecen constantes durante todo el año.

La estación australiana Mawson en la Antártica, es el lugar más ventoso de la Tierra y tiene los registros más largos del sur del círculo Antártico. Medir el viento, resulta todo un desafío debido a la combinación de corrientes de aire muy fuertes, que pueden romper los instrumentos de medición y temperaturas bajo cero que pueden congelarlos.

En la Península Antártica, en la base chilena naval Arturo Prat, en junio de 2017 se registraron vientos de hasta 235 mph con una sensación térmica de hasta -58°F bajo cero.

Es posible usar anemómetros ultrasónicos, que no tienen ninguna parte movible y pueden ser calentados para evitar problemas de congelamiento. Sin embargo estos anemómetros no trabajan bien en velocidades de vientos muy agudos o velocidades altas cuando hay bastante nieve soplando en el aire.