El huracán Walaka arrasó con de los pequeños islotes deshabitados del atolón French Frigate Shoals a principios de octubre. La isla que fue “desaparecida del mapa” se llama East Island tenía un alto valor ecológico, hábitat de varias especies en peligro de extinción, como la tortuga marina verde o la foca monje. Por suerte, estas ya habían abandonado la isla antes del desastre.
“La nueva víctima del cambio climático es una isla en el Pacífico oriental, eliminada de la faz del planeta. El acontecimiento tendrá probablemente un impacto negativo en ciertas especies animales en peligro de extinción de esta área”, opina Greenpeace.
Walaka alcanzó la categoría 5 con vientos de 160mph que es definido como potencialmente catastrófico. Devastó la isla completa, con unas dimensiones aproximadas de 750 metros de largo y 122 de ancho.
Pero este suceso no ha ocurrido por sorpresa, comenta Chip Fletcher, experto en clima de la Universidad de Hawái: el cambio climático ya había dado señales con anterioridad sobre esto, pero no se esperaba que sucediese tan pronto, quien se ha adelantado dos décadas en este desastre y lo ha logrado de la noche a la mañana.
Cuando el huracán estaba a punto de colapsar con el archipiélago, conocido como Mokupapapa, unos científicos que se encontraban trabajando en el análisis de esta isla y de sus organismos tuvieron que ser evacuados sin poder ver cómo desaparecía la isla.
“Estos pequeños islotes de arena luchan por resistir en un mundo cada vez más cálido de mares crecientes. Este evento nos enfrenta a cómo puede ser el futuro”, opina Littnan en The Huffington Post.