El pasado 22 de diciembre, Indonesia fue impacto por un tsunami que al momento ha dejado un saldo de 323 muertos y más de 1,400 heridos. El tsunami fue originado tras una erupción del volcán Anak Krakatoa lo que ocasionó el colapso de una parte importante del volcán que al caer al mar provocó el desplazamiento vertical de una gran masa de agua. La Agencia Meteorológica, Climatológica, y Geofísica de Indonesia, indicó que toda la sección suroeste de la montaña, unos 0.64 km cuadrados, se derrumbó y se precipitó hacia el mar generando olas de tsunami que llegaron a la costa en solo 24 minutos.

El fuerte impacto del tsunami destruyó 611 casas, 60 tiendas 69 hoteles, arrastró más de 71 vehículos y daño a 420 embarcaciones. El distrito de Pandeglang fue el más afectado por el tsunami. Además, 5,665 personas han sido desplazadas de sus casas y las autoridades de Indonesia continúan la búsqueda de los 128 desaparecidos.
No hubo ningún tipo de advertencia de que se aproximaba un mortal tsunami a las costas del distrito de Pandeglang, ya que actualmente Indonesia no cuenta con una gran cantidad de detectores del tsunamis y tampoco hubo un terremoto que les avisara que podría ocurrir un tsunami. Aunque Indonesia tiene Boyas Dart, estas se encuentran lejos de las costas y es para detectar mayormente tsunamis producidos por fuerte terremotos. En el caso de este tsunami, se orginó en el estrecho de Sonda entre la Isla de Sumatra y Java donde no hay mareógrafos suficientes.
El 28 de septiembre la zona de Palu, Indonesia fue impactada por un fuerte terremoto y tsunami que dejó más 2,000 muertas. Este tsunami también llegó sin advertencia alguna debido a que el aviso había sido cancelado y se originó debido a un deslizamiento submarino y al leve componente de movimiento vertical de la falla.